PROYECTO DECADAS

DIARIO WWF



Los eventos de wrestling en vivo no son una experiencia reservada para los aficionados de toda la vida. Los aficionados más casuals, aquellos que no consumen wrestling a diario, también pueden disfrutarlo... O al menos eso pensó Alex Giménez cuándo decidió llevarse a su novia al último show de ROH en Londres. 


Alex:

Mis tempos como fan acérrimo del Ring of Honor (ROH) actual no atravesaban su mejor momento. La victoria de Cody en Best in the World, sumado a los problemas creativos y al hecho de que estoy revisando material clásico, no ayudaban. Aun así, decidí someterme a una prueba de fuego: volver a ver un show de ROH en vivo. Si salía con buenas sensaciones, le daría una segunda oportunidad al producto y a algunos de los luchadores.


El día llegó y el pasado 18 de agosto pude disfrutar del evento War of the Worlds UK, desde el legendario York Hall de Londres. Aquel estadio en el que Samoa Joe convirtió el campeonato de ROH en MUNDIAL al derrotar a Zebra Kid en un evento conjunto con FWA. La cartelera, la mejor posible, una constelación que reunía a estrellas de ROH, RPW, NJPW y CMLL.

En esta ocasión, a diferencia de lo que suelo hacer, decidí ir sin expectativas. Quería dejarme llevar, animar a mis favoritos, abuchear a los que no me gustaran y gritar como un loco. El resultado, para mi suerte, fue maravilloso.

El evento fue una pasada. Puede que luego, cuando lo veáis en vídeo a través de un televisor, penséis que no es para tanto. Que es tan solo un buen show con un par de combates destacados. Razón no os faltará; pero el wrestling está hecho para verlo en persona y este evento tenía como objetivo hacer disfrutar al público, no dar clásicos para el recuerdo.

La noche la abrieron un debutante Ryan Smile y el famoso Mark Briscoe. Acción compacta y bonitos spots en un combate con mucho ritmo. Smile, que no suele ser de mi agrado, lució motivado y sacó aplausos con sus bonitos saltos. Buena lucha, una lástima que la gente asocie a Mark Briscoe, por su gusto por la comedia, con un mal luchador. El tipo sabe moverse realmente bien sobre el ring.

El segundo combate fue el más flojo de la velada. Un duelo insulso y apresurado entre The Addiction, que atraviesan su enésimo turn, y los mexicanos Ultimo Guerrero y Rey Bucanero. La lucha no tuvo estructura alguna, pero fue disfrutable gracias a los vistosos movimientos de Guerrero. Parecerá un abuelete rechoncho, pero el tipo sabe cómo encender al público.

Al showcase mexicano le siguió el único duelo 100% de ROH de la noche. Una de mis mayores debilidades, Jay Briscoe, derrotó al renovado Kenny King. El combate, una vez más, tuvo una estructura bastante simple; pero no por ello mala.

La virtud que más destaco de Jay Briscoe es su intensidad sobre el ring y su capacidad para hacer lucir todo legítimo. En vivo, para deleite personal, esto mejora todavía más. King, por su parte, demostró que acepta con ilusión esta nueva etapa de su carrera como midcarder y uppercarder ocasional. Refrescante.


Otra de mis debilidades en ROH son los combates Four Corner Survival. Estas luchas facilitan que cuatro luchadores puedan lucirse y conectar con el público, ocultando sus carencias y mostrando todo su potencial. Para más inri, si el wrestling no es excepcional, podrás disfrutar de una entretenida spotfest.

La batalla a cuatro esquinas de Londres no fue una cátedra in-ring, pero fue una auténtica locura para vivir desde el público. Pude abuchear como loco al inútil de Sha Samuels (espero que mi grito fuera cogido por las cámaras), aplaudir hasta que me dolieran las manos al bueno de Lethal y cambiar de opinión sobre el famoso Bully Ray.


Durante meses, he criticado que Bully hiciera los mismos spots combate sí, combate también. La nostalgia está bien para una noche, pero al final, termina cansando. En Londres, para mi sorpresa, me volví loco cuando Bully sacó a relucir sus clásicos spots de los Dudleys. Esos “WASAAAA” y “GET THE TABLES” no me los quitará nadie. Dicho esto, sigo pensado que el lugar de Bully en el card está más abajo, pero mientras siga sin enterrar a talentos y haciendo sus spots que tanto gustan a la gente, veré su aportación con buenos ojos.

La segunda mitad del show presentó dos choques que debéis ver sí o sí. La lucha por el campeonato de tríos, por otro lado, fue divertida, sin más. Un combate hecho para hacernos disfrutar con la presencia de Liger y la comedia de Castle y Delirious.


El duelo entre Titán y KUSHIDA fue sobresaliente en todos los aspectos. Una auténtica lucha soñada entre estrellas internacionales. KUSHIDA, una vez más, corroboró su puesto como uno de los mejores del mundo. Su trabajo al brazo, su timming en los spots peligrosos y su naturalidad para moverse por el ring le hacen ser único.

La gente recibió a Titán con pasividad; pero el mexicano no tardó en meterse a todo el mundo en el bolsillo. Titan fue el compañero de baile perfecto de KUSHIDA y se llevó una merecidísima ovación post-combate. Ver esta lucha, ya.


Con el hype a niveles máximos después de una lección de wrestling llegó el evento principal de la noche. Los Ingobernables de Japón vs Bullet Club. El combate que todo aficionado quería presenciar y que solo unos pocos afortunados pudimos vivir en directo.

Esta lucha, más que ninguna, estaba hecha para ser vista en vivo. Estoy seguro de que en vídeo no será ni la mitad de divertida y que despertará a muchos detractores. No, esto no fue un choque técnico lleno de llaveo y super combos. No, esto no fue un combate serio en el que ambos equipos deseaban ganar por encima de todo. Sí, esta fue la mejor mierda que he visto en vivo.

Teniendo en cuenta que el G1 había terminado hace tres días y que se trataba de una simple gira internacional, estaba claro que los luchadores no saldrían a dar una obra de arte al estilo Dragon Gate. Bullet Club e Ingobernables, como buenos profesionales, hicieron lo que pedía la situación: aprovechar el ambientazo y tirar por la comedia y la diversión. Muchos lo tildarán de cheap pop o fan service, pero era lo que cada una de las 1.500 personas que llenábamos el York Hall queríamos ver.


Una locura hecha combate. Cánticos constantes durante 20 minutos, careos intensos, público en pie en todo momento y luchadores pasándoselo bien. Sabes que estás disfrutando como un niño pequeño cuando la ovación de la noche se la lleva el Bullet Club intentado matar a un gato de peluche. Sublime.

En líneas generales, un combate principal super disfrutable que cerró la noche en la que más feliz he sido viendo wrestling. Un evento colorido, con ritmo, en el que pudimos ver a talentos de todo el mundo. No presencié clásicos o luchas cinco estrellas, pero tampoco era necesario. La noche no lo pedía, no en este tour.

La velada, como habréis leído, fue una auténtica locura… O al menos a ojos de este harcdore fan de ROH…


Miriam:

Impresiones, luchadores y anécdotas. Eso es con lo que me quedo del show War of the Worlds UK que presencié en Londres. Es importante destacar que no sigo el mundo del wrestling, desconozco los movimientos y la mayoría de luchadores del panorama. De hecho, las pocas veces que he visto combates en televisión no me llamaba la atención y miraba hacia otro lado. ¿Cómo es posible que todo aquel público de la pantalla gritara, cantara y sintiera tantas emociones juntas como si no hubiera mañana? La respuesta la encontré en Londres. Fue allí donde entendí que en vivo se siente el wrestling. Te guste o no.


Para ser sincera, esperaba un espectáculo con combates largos y lentos, con la mínima esperanza de que alguno lograra captar mi atención. El resultado fue totalmente distinto: nunca imaginé que me llevaría las manos a la cabeza, que apoyaría a los luchadores con gritos y que no pudiera apartar la vista a algunos movimientos por miedo a perdérmelos. Y eso que no entiendo ni la mitad de las cosas.

El primer combate, creo que se llama opener o quizá me lo invento, fue muy rápido. Me gustó porque fue ligero y consiguió convencerme. Algunos gritaban a Mark Briscoe mientras yo gritaba a Ryan Smile. Me gustaban sus saltos y me caía bien. Fue un combate interesante, lleno de movimientos para aquí y para allá.


Algo me decía que si el primer combate fue rápido, el siguiente sería lento. Daniels y Kazarian parecían los villanos contra Último Guerrero y Rey Bucanero. Ninguno de los luchadores me daba curiosidad pero Daniels fue bastante llamativo. En la mitad del combate Último Guerrero supo adueñarse del ring. Recuerdo cómo levantó a Daniels entre las cuerdas. Siendo honesta y sin ánimo de ofender, me pareció un combate de Daniels contra Último Guerrero porque de los otros dos luchadores ni me acuerdo.


Los siguientes fueron Jay Briscoe y Kenny King. Lo que más recuerdo es la fuerza de Jay en cada uno de los movimientos: parecían tan reales. Es un personaje rudo y brusco. Fue un combate sin frenos. Kenny King saltaba y se movía como si fuese algo fácil, como si yo misma pudiera subirme al ring y hacer lo mismo. La verdad es que no sabría elegir con quién de los dos decantarme.

Cuando Sha Samuels y Silas Young aparecieron supe que eran los que debían ser abucheados en el siguiente combate, el último de la primera parte. Pero la verdad es que no me dieron ganas de hacerlo en ningún momento. Prefería animar a los que lo hacían mejor: Jay Lethal y Bully Ray. Sobre todo a Lethal. Me pareció el mejor de los cuatro luchadores, en todos los aspectos que puede ver una persona que no sigue el wrestling. En este combate ocurrió algo que no entendí: el público enloqueció con Bully Ray y yo observaba a la gente. Me gustaría haberlo entendido pero igualmente disfruté de la ocasión. Fue muy emotivo el homenaje que Ray dedicó a Lethal al final del combate.

En realidad, así me sentí durante todo el show. Como una persona infiltrada que disfrutaba entre un público entregado. Sabía que si fuese fan, disfrutaría el triple.

Lo que resultó un gran acierto fue el primer combate de la segunda parte. Apareció un grupo de enmascarados (Delirious, Jushin Liger y Místico) contra Dalton & The Boys. Lo primero que pensé es que aquellos enmascarados disfrazados serían los villanos. No me gustaba la idea. Pero después pude ver que todos ellos tenían sentido del humor. Resultó un combate cómico, muy divertido y entretenido. Delirious estaba loco, Dalton me pareció un personaje único y los Boys se llevaron la mayor parte de las risas al correr dando vueltas mientras gritaban asustados. Pero también es importante decir que se movían muy bien. Creo que es difícil hacer reír a un público a no ser que tú mismo te lo pases bien dentro del personaje. En este caso: Dalton Castle es un gran ejemplo. Aunque al principio no me convenciera del todo. Sí, es raro, todo el mundo le adora.


Si este fue divertido, el de KUSHIDA y Titán fue arriesgado. De los dos, me gustó mucho el estilo de KUSHIDA. Pero lo que más recuerdo de este combate fue el salto de Titán que hizo que me levantara de mi propio asiento. Demasiada emoción en el ring.

Por último el 'main event', todo el mundo lo esperaba. Creo que fue cuando más gritos hubo en el York Hall. Londres era del Bullet Club, se podía ver reflejado en las camisetas y los cánticos de los aficionados. Yo no entendía por qué tanta efusividad. Más allá de ser un combate con grandes movimientos, creo que lo importante era su puesta en escena. La presencia de los luchadores en el ring. En este caso, Los Ingobernables de Japón y el Bullet Club. Da igual lo que hicieran allí, el público era feliz. Entendedme cuando os digo que lo mejor del combate fue ver a un gato de peluche saltar por los aires y su dueño llorando por él mientras el público gritaba 'Please say sorry'.



En cuanto a las impresiones del Bullet Club: Cody Rhodes era la imagen de un americano estiloso que buscaba protagonismo. Me pareció un personaje de época por sus poses marcadas y la manera de dirigirse al público. El típico ídolo perfecto. Todo lo contrario a Cody eran los Young Bucks, aunque se complementan bien en el ring. No me llaman especialmente la atención pero a los fans les volvían locos. Eso sí, fueron muy divertidos y le dieron un toque atrevido a todo lo que hacían. También estaba Marty Scurll, un personaje que considero muy logrado y original. El público cantaba su canción constantemente y es fácil de reconocer. Pero, sinceramente, me gustaría que Marty luchara contra Cody. Son dos personajes con alma de líder. Quizá me equivoco. Por poco me olvido a Hangman Page pero lo único que recuerdo es su cara llena de líquido verde.

No conocía de nada a los Ingobernables de Japón pero sabía que eran muy importantes por cómo la gente reaccionaba. Naito era el líder de ellos y un tanto provocador: hizo que el árbitro le levantara las cuerdas para entrar y acabó entrando por abajo. También estaba SANADA que fue uno de los que más luchó. En BUSHI y Evil no me fijé, lo siento. Mi favorito fue, sin duda, Takahashi y su gato.

Cuando el show terminó, sé que los fans se sentían agradecidos por lo que habían presenciado en vivo. Lo que más me sorprendió es que yo también me sentí así.


@Miriamtoday: Texto y fotografía (propiedad de Solowrestling.com)
@AlexGimenezBCN: Texto
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