Stan Hansen y Kenta Kobashi se
habían enfrentado en otras ocasiones, Kobashi había probado ser un rival
de cuidado, pero Stan Hansen es Stan Hansen y obviamente ganó cada
combate.
En
esta ocasión Hansen sabe a lo que se enfrenta, sabe que Kobashi no es
un cualquiera a pesar de no tener su contextura física y prácticamente
todavía ser un rookie. Entonces hace la movida más inteligente: atacar a
Kobashi desde el principio, golpeándolo con un western lariat antes de
que el árbitro siquiera suene la campana.
Desde
allí están claros los roles, Kobashi es el joven novato que se enfrenta
al veterano mucho más grande y fuerte. Esto forma la pregunta: ¿Será
suficiente el espíritu y la voluntad de Kobashi para vencer a Hansen? La
respuesta, al menos al principio, es no. Hansen le da una paliza a
Kenta, golpeándolo con todo lo que tiene. El selling y el bumping de
Kobashi es bastante perfecto para la ocasión.
En
algún punto del combate, los destellos de un posible comeback de Kenta
se hicieron realidad, pero Hansen siguió siendo el mismo, siguió
teniendo esa misma iniciativa de destruir a Kobashi y reducirlo a nada, a
pesar de por fin tener resistencia. El japones se vio creciendo y
creciendo cada vez mas, pero Hansen jamás dejo de tener ese aura de
destrucción que lo envuelve.
Para
Kobashi este match fue una especie de punto de quiebre, sí, perdió,
pero se vio con oportunidades frente al gaijin más dominante de Japón,
parecía que él podría ganarle a Hansen, sin embargo no lo logró. Él
demostró que podía dar mucho más de sí y estar frente a frente, teniendo
un combate muy stiff, con un veterano más grande y más fuerte que él.
Su derrota no debería detenerlo, sino que debería incentivarlo a dar un
paso más allá. Y si Kenta Kobashi da ese paso, puedo asegurar que Hansen
no querrá meterse con él nunca más.
JIM (@Jimtroducing)
Cortesía de Western Lariat Blog
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