Ahí va mi primer artículo, espero que os guste.
Anoche en Raw, Finn Bálor y Roman Reigns tuvieron un combate
para decidir el aspirante número uno al falso título mundPerdón, al WWE
Universal Championship. Tras un buen combate entre ambos, supongo que nos
sorprendió
a todos que Balor consiguiese el conteo de 3 tras aplicar un solo
Coup de Grâce. Está claro que es una decisión que ha generado polémica, pero ¿cuáles
son las dimensiones de este hecho?
En primer lugar, decir que Finn Balor no es un cualquiera; quizás
haya sido la cara de NXT que más se ha mantenido en la marca de desarrollo (no
cuento a Zayn por el tema de las lesiones). Su ascenso era inminente, y desde
que Stephanie y Foley le eligieron como su tercer pick en el Draft, sabíamos que
no iba a ser una simple superestrella más. Balor es un poster guy, algo que ya
hemos leído muchas veces; es un wrestler que te va a vender como churros lo que
le pongas delante, lo que es símbolo de su tremendo carisma que logra enganchar a las masas, a pesar de otros defectos que ya nombraré más adelante.
Viendo esto, me parece totalmente normal que, aun con su tamaño y la política
que sigue WWE para la creación de estrellas de su tipo, no le limiten a un mero
papel en la división crucero o como midcard. Debe estar en los focos, porque es
un hombre que atrae gente, y esa gente da dinero.
Con Roman Reigns apenas me voy a extender. Todos conocemos
el tema relacionado con su suspensión, y que el pin que recibió en Battleground
pareció una forma de castigarle por tener un error así en su posición. Es ya un
main eventer prácticamente consolidado y la co-cara de Raw junto a Seth.
Entrando ya al meollo, anoche tras ver el resultado, sentía
que la decisión era una tremenda estupidez (lloren tops). Balor acababa de
subir, y que luchase por el título mundial me parecía excesivo dado su reciente
debut. ¿Qué pienso ahora, tras horas de sueño para meditar? Que no fue una mala
idea, pero tampoco una totalmente buena.
El push a Finn era algo que se veía venir: el
cambio de logo, escenografía, puesta en escena y, por supuesto, el roster de
cada show, dejan ver que ha llegado una nueva era a la WWE. Nuevos nombres
llegan para hacerse un hueco entre los habituales, y eso se aplica tanto a los
lowcards que buscan redimirse, como a aquellos que lleguen de NXT. Colocar a
Balor en el ME de un PPV sirve para ejemplificar que las cosas han cambiado, e
iniciar esto en un Raw de una calidad alta, la cual llevamos meses sin ver,
siempre contribuye a fortalecer esta idea.
Al mismo tiempo, pienso que la principal razón de este
temprano push era la necesidad de una nueva estrella para la compañía y más
concretamente para el show rojo, dado que una de las principales diferencias entre
los rosters Raw y Smackdown son los luchadores consolidados de la parte alta
del card: Raw tan solo tenía a Rollins y a Reigns (no creo que se deba contar a
Lesnar), luego urgía la creación de nuevas estrellas, bien a partir de las que
estaban en posiciones menores en ese momento, o bien a partir de nueva gente
que subía desde otras categorías; Finn llegaba como un pick del draft muy alto,
y directo de un NXT donde era el principal referente. Esto último es la razón
de que haya llegado tan over al main roster, pero ello no implica que se corran
riesgos, ya que dar una oportunidad a alguien recién subido siempre es
peligroso y puede no encajar bien. Quizás su aparición tan temprana en la escena
titular resulte anticlimática, o que un solo mes no sea suficiente para
establecerle como un retador realmente creíble al que considerar con opciones
al título. Sin duda le han hecho empezar fuerte logrando un pinfall sobre el
USA Champion y un 3 veces campeón mundial, pero tiene que alcanzar aún más
status si quiere llegar con posibilidades dentro y fuera del kayfabe a su
choque contra Rollins. Aquí me parece evidente la mano que ha metido HHH,
colocando a Balor en un match para el que aún no está preparado, y todo con el
propósito de demostrar el potencial que tienen las superestrellas que salen de
NXT. Veamos a ver cómo responden las audiencias; una sorpresa así podría
funcionar. Lo más probable sería una derrota de Balor y su regreso al
uppercard, lo que minimizaría los efectos negativos de su precipitado ascenso,
pero quien sabe, quizás estemos ante un futuro draw.
Una de las mayores preocupaciones que me causa este combate
es eso, el propio match de Summerslam, el primero de la historia por el teórico
nuevo campeonato mundial de Raw. No pienso que vaya a ser una catástrofe ni
mucho menos, pero creo que el match se inclina más hacia la posibilidad de un combate
deficiente que hacia un enfrentamiento memorable (en el buen sentido de la
palabra). Seth Rollins es un tipo que no sabe ser heel: lo demuestra día a día
con promos en las que parece buscar una reacción positiva del público, o en sus
combates, con esa falta de psicología necesaria para explotar esa faceta de
heel ante sus rivales. Esto último está relacionado con un moveset donde predominan
movimientos vistosos, atractivos y acrobáticos que no reflejan la idea de un
heel calculador y odioso, como (supongo) debe intentar ser. De Finn Balor hay bastante
que decir: su arsenal a base de patadas hace que estas se sientan poco
importantes y terminen por degradar el climax de cualquier combate (vean el
anticlimático final de ayer), un selling en ocasiones deficiente, y una falta
de psicología que le hace ser terriblemente plano e incapaz de dar “big match
feel”. Tampoco es ningún sibarita a la hora de usar el micrófono, luego la
preparación de la rivalidad puede no ser todo lo buena que debería. Quizás para
muchos repetir un Rollins vs Reigns dos meses después de su último
enfrentamiento no habría sido una buena idea, pero en cualquier caso podríamos ser
positivos en cuanto a ese combate si ocurriese, dado el precedente mostrado en
Money In The Bank. Con este combate no ocurre eso.
Por último, me parece imposible terminar este artículo sin
hablar de la situación de Roman Reigns tras todo lo ocurrido. Una de las
principales quejas en cuanto a su manejo fue su bookeo de Superman, donde nunca
perdia de forma limpia o donde podía acabar con 3-4 wrestlers de status menor
en prácticamente 3 minutos. Esto parece que ha cambiado ligeramente con motivo
de las suspensiones, y Roman ha recibido tres pinfalls limpios en sus últimos 4
combates, dos de ellos en los últimos dos días (a juicio queda de cada uno si
esta fue un castigo demasiado duro contra un Reigns con gran credibilidad
cuando empezó su suspensión). Se le protege, claro, pero ahora también se le
muestra como un luchador que es capaz de perder en ciertas circunstancias y sin
necesidad de tener un hándicap; lo humanizan, algo que le viene como anillo al
dedo. Roman tampoco había abandonado el main event desde noviembre, y esta
tendencia es una de las razones por las que se le sigue abucheando al entrar a
los estadios. Por muy buen worker que seas, un trato así tiene el riesgo de ser
agobiante para quien no lo tolere y generar aún más rechazo, por lo que
apartarle de la escena titular me parece una buena forma de hacerle perder “heat”
en contra y descansar así a la audiencia que lo rechaza, para volver supongo
más fresco, lo que no viene nada mal si piensan seguir manteniéndolo como
babyface (cosa que preferiría que cambiara).
Como siempre en estos casos, es difícil hacer suposiciones
teniendo en cuenta las 4 semanas que quedan para Summerslam. Lo que está claro
es que la oportunidad titular a Balor era algo que poca gente se esperaba.
Confiemos para que funcione, porque una buena parte del prestigio de Raw como
marca recaerá en el desarrollo y resultado del combate entre Seth Rollins y
Finn Balor del próximo 21 de agosto.
Os invito a dejar abajo vuestra opinión acerca de la
decisión de hacer a Balor Nº1 contender en su primer Raw. ¡Un saludo!
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