Cuando
hablamos de la palabra incertidumbre, siempre la relacionamos con la
duda, con la expectativa y un desconocimiento de algo que puede pasar
en un futuro.
El mundo del wrestling no es ajeno a eso: cada vez que
vemos un combate o un segmento nos imaginamos los todos los posibles
escenarios, y a pesar de que muchas veces es fácil predecir el
resultado, la incertidumbre siempre está a la orden del día. Luego
de saber lo que pasó, ya sea que nos gustó o no, casi siempre nos
preguntamos, llamando a la incertidumbre: “¿Qué hubiera pasado
si…?”
En
esta ocasión hablaremos del hombre que más ha despertado polémica
en WWE en el último año, el ex miembro de The Shield, Roman
Reigns. Su historia es bastante conocida, desde su impresionante
victoria en Survivor Series 2013 y su segundo lugar en el Royal
Rumble Match 2014 se sabía que iba a ser de los hombres importantes
de la empresa.
Después
de la separación de The Shield, se estableció como un poderoso face
que necesitaba pulirse tanto en el mic como en el ring. Su camino en
solitario empezó con dos luchas por el Campeonato Máximo de WWE y
así empezó a ser aceptado por cierto sector de público. Incluso,
se llevó una gran reacción en su victoria ante Randy Orton en
Summerslam 2014. El camino para Roman parecía bien encaminado…
Hasta que una desafortunada lesión lo tuvo inactivo por algunos
meses, y ahí empezó todo lo malo.
Royal
Rumble Match, 2015, Philadelphia. El combate que aparca las miradas
de todo el mundo al ser tan simbólico y tan importante. Bray Wyatt
tiene un comienzo arrasador hasta que llega el número 10, entra a
escena el favorito de la gente, el top babyface máximo de WWE,
Daniel Bryan. Todo va normal y en orden hasta que el propio
Bray lo elimina de una forma tan simple, que ni el mismo Bryan, ni
los televidentes, ni el público en la arena se lo tragaron. Abucheos
por doquier a cualquier cosa que pasara después; Roman, que iba a
ser el salvador de la noche terminó siendo el villano. Ni la
aparición sorpresa de The Rock impidieron los abucheos sonoros en la
arena.
Esa
reacción en aquella noche aún tiene sus consecuencias, aún hay
gente que abuchea a Reigns por eso, nunca olvidarán ese día… Aquí
empezamos con el juego de la incertidumbre...
¿Qué
hubiera pasado si Daniel Bryan no se hubiera lesionado en 2014?
La
situación hubiera sido completamente distinta. Brock le hubiese
ganado en Summerslam colocándolo con Top Heel con una credibilidad
mayúscula. Roman hubiera llegado no tan forzado al Rumble y la gente
quizás (a pesar del mal bookeo) lo hubiese aceptado ya que hubiera
querido ver a Lesnar derrotado luego de que su babyface de turno no
pudo. Cabe resaltar que el plan igual se ejecutó, pero cambiaron a
Bryan por Cena y claramente no funcionó.
¿Qué
hubiera pasado si Roman Reigns no se hubiera lesionado en 2014?
También
toda la situación hubiese cambiado, el plato estaba servido para un
buen ascenso (rápido pero creíble). En Night Of Champions 2014 todo
indicaba que derrotaría a Seth Rollins, un heel odiado luego de
traicionarlo en The Shield. En Survivor Series hubiera hecho el papel
de Dolph Ziggler (que no lo supieron aprovechar) y se hubiese ganado
una ovación colosal y con una buena victoria en TLC hubiera llegado
con todos los galones y la gente lo hubiera apoyado a pesar de lo de
Bryan. The Rock hubiera sido recibido mejor y a Wrestlemania hubiera
llegado apoyado y quizás hubiera ganado...
Las
lesiones son cosas que no se pueden controlar, y en este caso fue el
principal obstáculo para una idea que no era mala, era lógica y
relativamente fácil de ejecutar. Hoy en día Roman Reigns sigue
siendo abucheado (en menor medida) por una noche que, si no hubiera
tenido tantas circunstancias adversas, quizás hubiera sido su noche
perfecta. Así como éste hay muchos casos en el wrestling que
hubieran sido diferentes si se hubiese manejado de otra manera, pero
eso nunca se sabrá, por eso en estos casos, la incertidumbre
reinará.
Sergio
Ustaris (SergioU)
Twitter: @SergioUstaris
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