Shinsuke Nakamura (Kyoto, Japan; 1980)
vive un momento dulce. Tras granjearse cierta fama internacional en NJPW y
hacer su debut en NXT hace meses, la extravagante figura venida de tierras
niponas comienza a calar en el espectador americano (al menos en cierta parte
de ese público) con su peculiar gimmick y estilo.
Hace algunos meses el luchador japonés
se pasó por el podcast de Chris Jericho, en el que ya hemos visto a todo tipo
de figuras relacionadas con el wrestling, tanto de WWE como otras promociones
(desde Jado y Gedo de NJPW hasta recientemente #BROKEN Matt de TNA), para
conocerle un poco más de cerca a través de sus palabras. Mi labor aquí será,
nada más y nada menos, la de traducir, adaptar y acercar al espectador
hispanoparlante los momentos más destacados de dicho acontecimiento, siempre
dando crédito a Jericho y Nakamura y nunca tratando de robar y apoderar algo
que no me pertenece. Y es por eso que, pese a la elaboración de este resumen,
os recomiendo que escuchéis el producto original, donde las dinámicas, los
chistes internos o la interacción del momento no se pierden en la
transcripción, en la que me tomo ciertas licencias para facilitar y favorecer
la lectura.
Shinsuke
Nakamura: el weirdo que se volvió
popular; origen, influencias, percepciones y curiosidades
La entrevista comienza, y se podría
decir que se desarrolla en su totalidad, con Jericho y Nakamura utilizando broken english, es decir, un inglés más
sencillo y mundano para que tanto entrevistador como entrevistado puedan tener
una conversación fluida sin recaer en malentendidos; bromeando el propio
Nakamura desde el principio sobre ello.
Lo primero que Jericho trae a la mesa,
teniendo en cuenta que el podcast se grabó días después de su combate en Japón,
es que fue él mismo el que pidió enfrentar a Nakamura, siendo esta idea
inicialmente rechazada hasta que, después de ciertos cambios en la cartelera,
pudo finalmente ocurrir. Para Nakamura el regresar a Japón, lejos de NJPW pero
luchando en los mismos sitios en los que peleó durante años, se sintió muy extraño;
misma sensación que compartían sus compañeros de The Club (Anderson, Gallows y
Styles).
Y es esa sensación de nostalgia para
Nakamura la que lleva a Jericho a lanzar la primera pregunta determinante: ¿por
qué abandonar NJPW? Shinsuke lo tiene claro: necesitaba más; sentía que en Japón se estaba estancando y, debido a
que EEUU no le era desconocido, le dijo a la gerencia de la empresa que quizá
lo mejor era que se marchase. Fue la propia WWE la que se acercó a él,
preguntándole cuándo acababa su contrato y si tenía ganas de unirse a su
elenco. Matt Bloom, ahora entrenador en el performance center, fue clave en el
proceso: ya conocía a Shinsuke (y su familia) de su run en Japón, por lo que la
confidencia y la comprensión de las circunstancias fueron inmediatas. Tanto
Jado como Gedo, cabezas al frente de NJPW (sobre todo este último), pese al
shock que supone la marcha de uno de tus aces, comprendieron la situación y las
pretensiones de Nakamura. A modo de inciso, más adelante en la conversación,
tanto Nakamura como Jericho reconocen el buen hacer de Gedo, amante de e
influenciado por Memphis Wrestling, a la hora de permitir y estimular a los
wrestlers a ser ellos mismos y encontrar su personaje, por diferente que sea.
Tomando como punto central esto
último, Jericho se interesa por el personaje de Nakamura y cómo llegó hasta él.
Shinsuke confiesa (con un tono más serio) que el tsunami de 2011 en Japón cambió mucho su forma de pensar,
interiorizando el mantra “you only live once” y dándole los motivos suficientes
para romper con todo lo anterior. Se rapó el pelo, cambió la vestimenta,
estudió y adquirió cosas de Michael Jackson (sobre el que volveremos más
adelante) y, pese a que en un comienzo NJPW lo odió y se mantuvo reacia a darle
continuidad, nadie podía parar ya la transformación (una vez más: mental y
física) y nacimiento de -un nuevo- Shinsuke Nakamura. También tuvo cierta
influencia en esto su pasó por México, donde describe a la gente como “pirada”
y que, aparte de adorar el país y la cultura, vivó algunas de sus mejores
experiencias.
Jericho enfatiza lo particular y
distintivo que resulta el estilo luchístico de Nakamura en WWE: puro striking. Shinsuke, con entrenamiento legítimo
en MMA, tomó mucha influencia de las artes marciales mixtas a la hora de
configurar su estilo in-ring. Y es precisamente gracias a un combate de MMA
(ante un luchador ruso que le partió la cara, más concretamente), dónde tomó
consciencia del daño que podía causar un rodillazo directo, adoptando este
movimiento como finisher (actual Kinsasha; añeja Boma Ye) y leitmotiv de sus
peleas; pues como apunta acertadamente Jericho, quizá la gente no sabe lo que
duele una hurricanrana, pero sí un rodillazo deliberado. Es esa sensación de
legitimidad lo que busca a la hora de golpear a su oponente. Nakamura asegura que lo importante no son
los movimientos, sino el cómo trabajar, es decir, como interconectar esos
movimientos para contar una historia que conecte con la audiencia (cosa en
la que Jericho está de acuerdo).
Tras una breve pausa, con Nakamura y
Jericho completamente en su salsa, la conversación se redirige a los (humildes)
orígenes del primero. Naka cuenta que como él no residía en la parte central de
Kyoto, sino en un pueblo, la tele local no contaba con wrestling en su parrilla
y las únicas noticias que tenía de este era mediante magazines y vídeos. Fue en
aquella, siendo Shinsuke un neófito del wrestling, cuando vio por primera vez a Tiger Mask y sus intereses cambiaron por
completo: pese a no conocer de nada a aquel luchador, se convirtió casi en una
obsesión el hecho de querer descubrir quién se encontraba detrás de la máscara.
Por ello Tiger Mask fue su primera, mayor y reiterada influencia, pero gente
como Jushin Thunder Liger (de quien Jericho destaca su capacidad para
transmitir aun yendo enmascarado; cualidad compartida con Rey Mysterio),
Masahiro Chono (rival en la ficción y amigo personal de Jericho y mentor de
Nakamura cuando este llegó a NJPW), Shinya Hashimoto, The Great Mutah y
wrestlers como William Regal, Finlay o los light heavyweight de los 90s de NJPW (Benoit, Eddie, El Samurai, Pillman) se
erigen como sus preferidos.
También cita como grande influencias,
aun estando alejadas del wrestling, a Michael Jackson, Freddie Mercury, Bruce
Lee y Jackie Chan. Del primero asegura que es “el rey del entretenimiento”; la
culminación de lo que debe ser un performer, con una conexión especial con el público
y un estilo muy particular (como curiosidad, su canción preferida de él es
“Human Nature”). A Mercury lo compara con un peleador de artes marciales
mixtas, debido a la fuerza y poderío de su figura (segunda curiosidad, su
canción preferida de Queen es “Bicycle Race”); y también recuerda a Lee y Chan
como personas importantes en su vida.
Tras hablar brevemente de su amor por
el surfing (el cuál le otorga paz y relajación, que le ayuda mucho a la hora de
luchar), su experiencia viviendo con Bryan Danielson en un apartamento (pese a
que no hablaba mucho inglés en aquel entonces, se lo pasó en grande), la no
excesiva dificultad de instalarse en Orlando para su familia (pues, como el
recalca entre risas, su mujer habla inglés mejor que él; y como en Orlando hay
playa, algo que su familia “necesita”, todo se siente bien), el complicado
acento japonés de Asuka (por provenir del mismo país no necesariamente tienen
porque entenderse o inclusive llevarse bien) o dar créditos a Tye Dillinger
(del cual considera que tiene un gran personaje y catchphrase), Jericho le pregunta por su futuro en el
main roster, a lo que Naka responde que, sinceramente, no tiene ni idea.
Depende de la situación, de los oponentes, de las circunstancias, etc. Sí que quiere enfrentarse a Cena, al cual
antes de conocerle le tenía por el “estereotípico americano musculado que copa
revistas y tv shows”, pero que tras charlar con él y verle luchar cambió su
percepción, teniéndole actualmente por un hombre muy inteligente al que simplemente
le gustaría “sentir en el ring” (en su acepción más enfática).
En el tramo final Jericho le pregunta
sobre su (celebrada) pelea con Sami Zayn; cómo la desarrollaron y cómo se
sintió todo. Shinsuke recalca que jamás había luchado con Zayn, por lo que simplemente tuvieron química
instantánea. Naka destaca los cánticos previos (“Na-ka-mu-ra”) a su entrada
como un momento escalofriante.
La entrevista llega a su fin y Jericho
lanza un carrusel de cortas preguntas tales como
cuál es su luchador preferido actual de NJPW, y tras responder que todos
los chicos son geniales, elige a
Tomohiro Ishii, del cual dice que aun siendo un luchador pequeño lucha como
un peso pesado; muy stiff, creativo y
que imprime una sensación muy real en sus matches. Similar es su elección a la
pregunta cuál es el mejor combate que ha
tenido, escogiendo su pelea contra
Kota Ibushi en 2015, debido a que considera a Kota un tipo que sabe cómo
hacer que una pelea sea, a la vez, buena y luzca real (y al que califica positivamente
como “extraño”; léanse anécdotas de Kota y sabrán el por qué).
Jericho recalca que la gente entiende
su carisma; todo lo que hace dentro del ring. No importa la lengua o la
cultura. “Tiene la oportunidad de ser alguien grande en este negocio” y, si
todo sigue su cauce, no puedo sino darle la razón.
La entrevista termina dejando tras de
sí un Shinsuke vivaracho, dispuesto a hablar, participativo, riéndose y
bromeando y dándonos la oportunidad de conocer, aunque sea un poquito, a la persona
detrás del personaje; pese a que, una vez escuchada la entrevista, la línea que
separa uno de otro se vuelve más fina que nunca.
Fuente: Shinsuke Nakamura on Talk is
Jericho - EP269
No hay comentarios:
Publicar un comentario