“Las cosas van a cambiar desde ya. Yo quiero esta revolución en WWE”. Con estas palabras, Stephanie McMahon daba a conocer al mundo que el momento había llegado. Aquel 13 de julio de 2015, las tres luchadoras más importantes de NXT (Charlotte, Sasha y Becky) ascendían al main roster.
En dicho territorio de desarrollo fue donde empezó todo. NXT fue el escenario perfecto para que las luchadoras empezasen a mostrar de que pasta estaban hechas… y el público no tardó en darse cuenta. En la retina quedan los combates clásicos entre Sasha y Bayley, llegando a protagonizar el primer “Iron Man match femenino” de la historia o ese match entre las denominadas “4 Horsewoman” en el que se destapó al público Becky Lynch. Ellas se han hecho mejores unas a otras.
Las dudas eran lógicas. Era complicado pensar que estas cuatro luchadoras iban a tener ese mismo nivel de importancia en los programas de RAW y Smackdown, que estaban acostumbrados a tener un breve combate de 10 minutos o varios segmentos cortos. En este cambio tuvieron una gran importancia dos personas que forman parte de la estructura de la empresa. El primero de ellos es Triple H. Si hay algo en lo que “Hunter” ha ayudado a los jóvenes talentos es a la hora de darles plena confianza y oportunidades. HHH apostó fuerte por ellas, y se lo están devolviendo con creces. La otra es su entrenadora en el Performance Center, Sara Amato (también conocida como Sara del Rey). En ella han encontrado un gran apoyo para mejorar a nivel in-ring y a nivel mental.
Mientras tanto en el roster principal se vivía una época de transición. AJ Lee daba sus últimos coletazos en la empresa tras la salida de CM Punk, Nikki Bella, junto a su hermana Brie, seguía progresando y asentándose como la mejor de la división, Paige y Emma encendían los primeros focos de la revolución, etc... El listón parecía que volvía a subir, pero aún faltaba ese empujón definitivo.
Desde su ascenso, la generación de luchadoras de NXT nos ha dado momentos memorables: Como olvidar la triple amenaza en Wrestlemania 32 ante más de 100.000 personas con el regreso del WWE Women’s Championship, dejando de lado el término Diva que tanto daño había hecho a la división. O aquella noche en Washington donde Bayley debutaba en Battleground como acompañante sorpresa de Banks en un combate por parejas ante Charlotte y Dana Brooke.
En Summerslam vimos otro claro ejemplo de que las chicas han subido el nivel. El gran evento del verano tenía combates en la cartelera con grandes nombres del roster. AJ Styles se veía las caras con John Cena en un dream match para los aficionados, Seth Rollins hacía lo propio con Finn Balor por el nuevo WWE Universal Championship, Randy Orton y Brock Lesnar se enfrentaban en un combate que llevaba gestándose 15 años, etc… El resto ya es historia.
El resultado fue sorprendente, menos para las casas de apuestas que daban como favorita a la hija de Ric Flair. Lo verdaderamente importante fue lo que hicieron Charlotte y Sasha Banks. Algo digno de admirar. Un combate bastante condicionado por una mala caída de “The Bo$$”, pero que aun así fue el mejor de la noche para un humilde servidor. Hace un par de años, esta misma pelea no se habría finalizado, pero esa época ha pasado a mejor historia. El juego ha cambiado… y para bien.
Con la luchadora de Boston fuera de acción durante un tiempo y con Paige sancionada, existía la duda de quién debía ser la elegida para ser la retadora al título femenino de WWE. A priori lo lógico era la elección de Dana Brooke, pero aún hay dudas sobre si está suficientemente preparada para tener tanto protagonismo. Tampoco era descartable la posibilidad de ver a Nia Jax en dicha posición. Pero fue entonces cuando en el RAW del pasado lunes, se consumó la gran noticia que muchos aficionados llevábamos esperando tiempo: Bayley ascendía al main roster de manera definitiva y era contratada por la marca roja. Con esta pieza se completa el puzzle de una de las mejores divisiones femeninas en mucho tiempo.
En RAW, aparte de las mencionadas, se encuentran Alicia Fox y Summer Rae, dos luchadoras que pueden ser utilizadas para poner over a las demás superestrellas. En Smackdown están la siempre underdog Becky Lynch, la renacida Nikki Bella, las veteranas Naomi y Natalya, y gente como Alexa Bliss, Carmella o Eva Marie, a las que la competencia las hará mejorar aún más y aumentar su nivel. Esto junto a la reciente creación del WWE Smackdown Women’s Championship, componen un cóctel perfecto.
Una cantidad innumerable de feudos interesantes, luchadoras con un gran nivel, gente que nos sorprenderá a medio plazo, etc… Todo hace indicar que ha arrancado una nueva época en WWE. ¿Estará al nivel de las expectativas? Solo el tiempo lo dirá.
Mientras tanto en el roster principal se vivía una época de transición. AJ Lee daba sus últimos coletazos en la empresa tras la salida de CM Punk, Nikki Bella, junto a su hermana Brie, seguía progresando y asentándose como la mejor de la división, Paige y Emma encendían los primeros focos de la revolución, etc... El listón parecía que volvía a subir, pero aún faltaba ese empujón definitivo.
Desde su ascenso, la generación de luchadoras de NXT nos ha dado momentos memorables: Como olvidar la triple amenaza en Wrestlemania 32 ante más de 100.000 personas con el regreso del WWE Women’s Championship, dejando de lado el término Diva que tanto daño había hecho a la división. O aquella noche en Washington donde Bayley debutaba en Battleground como acompañante sorpresa de Banks en un combate por parejas ante Charlotte y Dana Brooke.
En Summerslam vimos otro claro ejemplo de que las chicas han subido el nivel. El gran evento del verano tenía combates en la cartelera con grandes nombres del roster. AJ Styles se veía las caras con John Cena en un dream match para los aficionados, Seth Rollins hacía lo propio con Finn Balor por el nuevo WWE Universal Championship, Randy Orton y Brock Lesnar se enfrentaban en un combate que llevaba gestándose 15 años, etc… El resto ya es historia.
El resultado fue sorprendente, menos para las casas de apuestas que daban como favorita a la hija de Ric Flair. Lo verdaderamente importante fue lo que hicieron Charlotte y Sasha Banks. Algo digno de admirar. Un combate bastante condicionado por una mala caída de “The Bo$$”, pero que aun así fue el mejor de la noche para un humilde servidor. Hace un par de años, esta misma pelea no se habría finalizado, pero esa época ha pasado a mejor historia. El juego ha cambiado… y para bien.
Con la luchadora de Boston fuera de acción durante un tiempo y con Paige sancionada, existía la duda de quién debía ser la elegida para ser la retadora al título femenino de WWE. A priori lo lógico era la elección de Dana Brooke, pero aún hay dudas sobre si está suficientemente preparada para tener tanto protagonismo. Tampoco era descartable la posibilidad de ver a Nia Jax en dicha posición. Pero fue entonces cuando en el RAW del pasado lunes, se consumó la gran noticia que muchos aficionados llevábamos esperando tiempo: Bayley ascendía al main roster de manera definitiva y era contratada por la marca roja. Con esta pieza se completa el puzzle de una de las mejores divisiones femeninas en mucho tiempo.
En RAW, aparte de las mencionadas, se encuentran Alicia Fox y Summer Rae, dos luchadoras que pueden ser utilizadas para poner over a las demás superestrellas. En Smackdown están la siempre underdog Becky Lynch, la renacida Nikki Bella, las veteranas Naomi y Natalya, y gente como Alexa Bliss, Carmella o Eva Marie, a las que la competencia las hará mejorar aún más y aumentar su nivel. Esto junto a la reciente creación del WWE Smackdown Women’s Championship, componen un cóctel perfecto.
Una cantidad innumerable de feudos interesantes, luchadoras con un gran nivel, gente que nos sorprenderá a medio plazo, etc… Todo hace indicar que ha arrancado una nueva época en WWE. ¿Estará al nivel de las expectativas? Solo el tiempo lo dirá.
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