PROYECTO DECADAS

DIARIO WWF


Un vistazo al cada vez más claro horizonte de NJPW en estos próximos y cruciales meses.
Final del G1 Climax 2013. Un retornado Tetsuya Naito volvía de una grave lesión y se enfrentaba al hombre a quien debía suceder como ace. Hiroshi Tanahashi era el primer peldaño hacia un futuro brillante. Stardust Press… 1,2,3.

Nadie esperaba, ni el propio Naito, que este fuera el primer trazo en un círculo camino de cerrarse casi 5 años después. Naito retaría al entonces campeón Okada, la otra gran apuesta de futuro de NJPW, a quien ya se había enfrentado en otros eventos simbolizando las nuevas oportunidades de futuro para la empresa con un punto destacado en el 40 aniversario de la empresa.

Cuando Naito ganó el torneo, las dudas se apoderaron del fan de NJPW. Naito se lo llevó sin apenas momentum y además se veía como alguien insuficiente. Para agravar esta situación, el casi don nadie volvía de una gravísima lesión de rodilla, lo cual a muchos les pareció demasiado irreal o un regalo para alguien sin build up. De poco le habían servido sus buenas participaciones en torneos anteriores o intentos de lograr el título. Naito se quedaba muy corto. Puede que hasta él, en una capa no tan profunda de su corazón, lo sabía.



“Quizá alguno no me recuerde…” es una de las frases con las que Naito construyó su discurso de celebración. Tanahashi se tiraba de los pelos en aquel momento. No podía creer que aquel chico estuviera echando por tierra todo aún sin haber empezado.

“No era tan difícil. Naito debería haber vuelto con seguridad. Todos en el público sabían que estaba desesperado por ganar y que venía de una lesión, aquello fue innecesario. Debería haber dicho: Tetsuya Naito ha vuelto y va a por ti Okada! En lugar de eso dio a entender al público que no debía estar ahí” eran las palabras de Tanahashi en su libro acerca de esto.

A Naito le esperaba un run con el título NEVER para mantenerle ocupado y seguir legitimándose. Se buscaba de nuevo emular a Tanahashi, con un run similar al que tuvo con el extinto campeonato under 30. Naito llegaría como campeón NEVER a Wrestle Kingdom, pero con un momentum pésimo. El plan había fracasado.

Mientras tanto Okada aspiraba a convertirse en el ace de NJPW y lo estaba consiguiendo. Era su segundo año en la empresa y la rivalidad con Tanahashi estaba en su cúspide. Tras unos matches antológicos en Invasion Attack y King Of Pro Wrestling, Okada no solo llegaría como campeón al magno evento, sino que había alejado a Tanahashi del título hasta que él lo perdiera. Era el momento de la nueva era… pero no lo fue.

En Power Struggle, Tanahashi venció al tercer espada de Chaos, Tomohiro Ishii. Por su parte, Nakamura retuvo ante Minoru Suzuki… y todo estalló. Tanahashi vs Nakamura por el título intercontinental era una realidad. Los dos baluartes de la era modera de NJPW se enfrentaban por el cinturón blanco, ante el delirio de los aficionados. Tal fue el apoyo que NJPW se vio forzada a permitir que sus seguidores votaran cuál de los dos big matches sería main event. Okada tenía momentum, pero insuficiente para soportar la lacra que era Naito en aquel momento. Por más de un 65% de los votos, Naito quedó relegado arrastrando a Okada con él.


Para más inri, Okada destrozó a Naito y retuvo su campeonato. El golpe de gracia se lo daría Tomohiro Ishii, quitándole su campeonato NEVER un mes después.

Naito inició una caída libre brutal en la que no volvió a tener momentum y que tuvo como máximo premio ser destrozado por AJ Styles en WK 9. Deshauciado por completo y sin la más remota opción de suceder a Tanahashi, Naito se vio forzado a abandonar NJPW en una breve excursión a México. Todos sabemos lo que ocurrió allí...

Mientras tanto, Okada tuvo sus idas y venidas. Derrotas duras ante el Bullet Club, otro frustrado intento de consolidación como ace en WK 9 pero, finalmente, Okada se logró coronar finalmente como en Wrestle Kingdom 10. El larguísimo recorrido había tenido premio. Para cuando lo logró, Naito ya había iniciado su nueva andadura. El Ingobernable Tetsuya Naito empezaba a cerrar el círculo.


Tras la victoria de Tetsuya en la NJ Cup 2016 todo parecía listo para el nuevo orden. Naito estaba más over que en toda su carrera y los estadios atronaban por él. Okada se enfrentaba a un incómodo escenario en el que no era el favorito pese a su reciente coronación. Con las espadas en todo lo alto, Los Ingobernables sometieron al campeón y Naito logró el título máximo. Apenas le duraría 3 meses, ya que Okada recuperó el título en Dominion. Esto no había sido más que un accidente. Naito ya era una estrella top, pero de ahí a superar al ace hay un mundo mientras que Okada iniciaba su ya legendario reinado. Sin embargo, era evidente que esto no era más que la piedra de toque para algo muy grande.

Naito apuntaba como máximo favorito a un G1 Climax 26 que se llevó Omega, precisamente consiguiendo el duelo semifinal (y definitivo, pues el otro finalista era Goto) en un combate memorable. Comenzaba el nuevo camino de Naito a su inevitable destino, y lo hacía a fuego lento, como es habitual en NJPW.

Desde aquel G1, Naito ha tenido una trayectoria intachable. Su nivel in ring ha subido notablemente y tras ganar el intercontinental ha estado en el main event de varios eventos y en el Co-Main event de WK. Buenísimos números de asistencia, reportajes en medios generalistas, portadas constantes en revistas de pro wrestling y hasta el reconocimiento de los periodistas de Tokyo Sports como el MVP de NJPW han dejado claro que Naito está más listo que nunca. Su rivalidad ante Tanahashi y todo Taguchi Japan ha confirmado que Naito no solo está tremendamente over, sino que es el hombre del presente en la empresa nipona.

Estamos en pleno G1 y todos los focos apuntan al hombre que en su día soñaba con emular a Tanahashi y hoy rechaza casi todo lo que este representa como ace.

El camino parece trazado, y aun muchos dudan de quien esperará al final de este. La realidad es que, por mucho que ciertas personas estén interesadas, Kenny Omega no estará ahí. El círculo se cerrará con alquien que partió desde casi el mismo punto. Tetsuya tiene una cita el 4 de enero de 2018 con el hombre junto al que otrora debió seguir al futuro de NJPW. Ese futuro es el presente y no será el héroe de la historia como estaba planeado que fuera en 2014. 



El reinado de Okada (iniciado precisamente ante Tetsuya) le ha visto superar a prácticamente cualquier rival que le han puesto delante. Nadie en New Japan parece capaz de tumbar un reinado colosal como el del Rainmaker; en su mejor momento como ace, estrella y worker. Solo la mayor figura del panorama japonés unida a una historia digna de ser recordada podría hacerlo. Naito debe coronarse en el Tokyo Dome y Okada ceder ese magnífico trono que ha construido con esfuerzo desde Dominion 6.19.

Okada y Naito han sido las estrellas que New Japan necesitaba, aunque de la manera inesperada, pero esto no cambiará que el futuro que Gedo soñaba hace no tanto es un presente muy real. 


Y es que el próximo póster que protagonizarán estos dos será el de Wrestle Kingdom 12, con la difícil misión de hacer la mejor cifra de asistencia pagada en la era moderna de NJPW. Si alguien puede, son ellos.


Kingbilbin

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