PROYECTO DECADAS

DIARIO WWF



Hay algo inescrutable en WWE: tal es su audiencia, en tamaño y alcance, sumado a diferentes factores como el bookeo, el rendimiento en el ring o la situación del roster, que predecir el devenir de un luchador se antoja, como poco, complicado. Como mucho, inestable. ¿Qué hace que X luchador conecte con la audiencia, para bien o para mal? ¿Qué hace que X luchador, irrelevante durante determinado tiempo, vuelva con interés e incidencia?

Randy Orton regresó a un ring de WWE en Battleground 2016 tras meses de ausencia por lesión. Dentro de los márgenes de la empresa Randy es alguien de status y recurrencia, probado como face, heel o desde una posición secundaria pero siempre protegido y legitimado por su extenso palmarés. De ahí que capitanease el primer PPV tras su vuelta, Summerslam, ni más ni menos que ante Brock Lesnar: Vince confía lo suficiente en él como luchador de entidad, pese a no haber sido jamás un draw. El público le quiere, o más bien le aprecia, algunos movidos por la nostalgia, pero ¿hasta qué punto es Randy Orton necesario a día de hoy? 


No es Cena, capaz de crearte un big match contra cualquiera, o Styles, que te saca un combate entretenido hasta al luchador más aburrido. Ni siquiera es Dean Ambrose, que cumple las funciones de babyface en SD cuando Cena no está. ¿Qué tiene entonces Orton que ninguno de esos tenga? Dos son las virtudes: por un lado, es aun a día de hoy, y eso que es difícil por la distorsión sufrida, representante del llamado “estilo WWE”; por otro, y puede que sea lo que más me interesó desde un comienzo, su forma de moverse, de posicionarse en el espacio respecto a su rival.



Se pueden achacar varias cosas a Randy: su desempeño in ring ha sido demasiado irregular en el tiempo; siendo heel sus secciones de dominio pueden llegar a ser indeliberadamente aburridas; no tiene un micro especialmente bueno que justifique segmentos largos; pero nadie se mueve como él. Actualmente es un poco más difícil de adivinar, quizá por su carácter de “indefinido” en su rivalidad con la Wyatt Family, pero antaño, especialmente cuando el personaje de The Viper estaba en boga, era un espectáculo: proyectaba con su cuerpo su carácter “viperino” y se desmarcaba de su rival, pero sobre todo entraba en juego con los espectadores, usándolo como medio de expresión. 

Cada vez que recibe un golpe verás como no pierde la postura, su postura, la postura de alguien que quizá es face pero que sigue teniendo instinto animal. Algo que también ocurre en sentido inverso: meses atrás, en un combate junto a Bray Wyatt contra American Alpha, Randy aplica a Gable un superplex y vende el impacto (porque el que lo aplica también cae desde una altura considerable) con un mínimo gesto de dolor, de contención. El RKO es solo el complemento de todo esto. La víbora, estirada, ya sea de manera sorpresiva o agazapada, atrapando por la cabeza a su víctima. La punt kick, ya baneada, era la sublimación.


Me cuesta imaginar otro luchador en WWE que aproveche o haya aprovecha su cuerpo de la forma en la que Randy lo ha estado haciendo todo este tiempo. No se trata solo de moldear el personaje añadiéndole matices como las expresiones faciales o golpear el ring con los puños en señal de sentencia, sino de servirte de él, como intérprete que eres, para que el público empatice contigo y te compre por completo. Y con Randy, por seco y mal trabajado que esté el combate, ocurre que sabes que tiene las cosas bajo control, que sabe qué hacer para dejar su marca. Puede que para algunos todo esto sea palabrería y para nada reseñable, pero probad a, en el siguiente combate que veáis de Orton, fijaros en sus primeros planos y en cómo reacciona a las interacciones con su rival; sobre todo si este marca un contraste notorio con él, como puede ocurrir en el caso de Cena o hace años con Henry. 

Ejemplificador es el caso de este último: en 2011, con el gimmick del Hall of Pain en alza, en el PPV Night Of Champions, ambos se enfrentaban por el WHC. En los instantes finales, tras bloquear un RKO en toda una declaración de intenciones por parte de ambos (Orton muriendo en el intento, lanzando lo último que le queda; Henry resistiendo carros y carretas porque aquel era su año y el título ya llevaba su nombre escrito), Henry aplica el WSS y gana el título. Orton, en el bloqueo por parte de Henry, es enviado a la lona, retorciéndose, cayendo lo más violentamente posible y levantándose instintivamente solo para ser rematado. Muy parecida es la secuencia final de su combate contra Cesaro en un SD del 2014 para determinar si este último entraba a EC de aquel año o no. Orton tragando (figuradamente) con su cuerpo todo el impacto del movimiento y proyectándolo hacia 
afuera.


¿Justifica esto su actual posición? Claro que no. La ascendente historia con los Wyatt ha sido motivo suficiente para que el público acoja de nuevo a Randy como alguien a tener en cuenta y WM fue su premio, donde ganó el campeonato mundial. Pero motivado, y sabiendo que lo está por sus propias palabras, habiendo dejado apariciones y combates destacados como su saga con American Alpha o contra Harper, tiene en SD el clima adecuado para poder no solo hacerse bien a sí mismo sino al resto del roster.

Por Stateof 
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