PROYECTO DECADAS

DIARIO WWF



Las repercusiones de la victoria de Bálor en RAW no cesan. Recientemente, Flair comentó que hubiese preferido una victoria de Reigns sobre Finn, para así repetir el Reigns-Rollins en SummerSlam, esta vez por el WWE Universal Title (nombre feo donde los haya, por cierto). 

Entre lo dicho por Flair, cabe destacar lo siguiente: ''No tengo nada en contra de Bálor, pero creo que el peso tiene mucho que ver en esto y, a riesgo de equivocarme, prefiero un Heavyweight como Roman Reigns. No acabo der a un Cruiserweight maineventeando WrestleMania.'' 

¿Cuánta razón tiene o deja de tener Flair? Comencemos.


Como muchos sabrán, hasta la reciente nueva instauración de la división Cruiserweight en RAW, no existía una diferenciación real por el peso en WWE desde que se desactivó el campeonato acorde a dicho peso. Eso dio pie a que luchadores que ya habían ganado campeonatos de divisiones de peso concreto, como Jeff Hardy (Light Heavyweight), tuvieran opciones al campeonato mundial de peso pesado sin pertenecer a dicha categoría. La empresa de Vince estaba tirando barreras. Sin embargo, este no fue el primer tipo por debajo de ese pesaje en ser campeón mundial en WWE. Gente como Chris Jericho o Shawn Michaels tuvieron sus días de gloria con el título máximo en la cintura sin tener un peso o altura ajustables al prototipo que desde siempre WWE ha querido promover. Lo que nos debemos plantear, ¿debe seguir siendo ese el canon como propone el bueno de Ric, o es preferible tener variedad en lo que vemos en el main event?

Para entrar en materia, pongamos el ejemplo de Reigns. Es innegable que lo que transmite Roman es más que suficiente para ser la cara visible de la empresa, sanciones aparte. Ese talante y porte que tiene vienen derivados de su envergadura. Su musculatura y sus casi dos metros de altura hacen que el samoano luzca imponente, esos rasgos marcados y esas expresiones de tipo duro que nos deja, en un cuerpo como el suyo, lo hacen el perfecto reclamo: muy atrayente e identificable con el estilo de héroe americano que muchos de los fans yanquis quieren ver. La GRAN pregunta es, ¿nos dejaría las mismas sensaciones Reigns con otro cuerpo? La respuesta es muy obvia. Lejos de hablar de su indudable calidad a la hora de estructurar un combate, lo cierto es que gran parte de lo que ha sido el mayor punto a favor de Roman durante su primer run como top face de la empresa es sin lugar a duda la presencia que tiene, que precisamente va ligada a su look y su complexión física tan característicamente unidas al concepto preconcebido de ace  que tenemos para la E (véase Hogan, Cena o Lesnar como otros ejemplos a poner sobre la mesa).

Entonces, ¿un tipo que no entre dentro de ese estereotipo no puede triunfar? Para nada estoy de acuerdo. Que Roman o Cena no vendieran lo mismo con otro cuerpo simplemente querría decir que estaríamos hablando de un producto diferente con un enfoque distinto. Aquí es cuando entramos en el meollo del asunto. Lo verdaderamente importante en el wrestling no debe ser cuán grande o musculado seas, sino cuán fuerte y creíble seas capaz de resultar con un determinado bookeo. Es labor del wrestler mantener un físico adecuado al personaje que mantenga, como es obligación del mismo tener cierta calidad dentro del estilo luchístico que desempeñe; pero esto no deja de ir de la mano de la tarea de los bookers. ¿No era creíble Bryan con su Yes Movement de cara a WrestleMania 30? ¿No había recuperado Rusev mucha credibilidad cuando ganó su segundo US Title? ¿No sigue siendo creíble Reigns aunque en sus últimos cuatro combates hayan finalizado con 3 pins sobre él mismo? ¿No puede ser creíble Ziggler como contender en SummerSlam si previamente le dan un personaje heel serio y victorias regulares en los semanales de SmackDown antes del gran combate? Las peculiaridades físicas de esos hombres no fue un impedimento para sus proezas, ni lo serán en futuras epopeyas.

Pero volvamos al último punto de esas preguntas que dejo caer. Todo lo que se ha criticado por la victoria de Ziggler en el Six Pack Challenge viene por su actual e inexistente consistencia en el bookeo que viene trayendo en el low-card, pero, ¿por qué no se critica que Ziggler por ser el aspirante número al uno al título histórico de la compañía pesando ‘’solo’’ 99 kilos (218 libras)? Porque Ziggler ya fue contender y demostró que lo puedes ser sin un cuerpo de powerhouse, sin olvidarnos de que tuvo estuvo muy over durante su nefasto reinado de World Heavyweight Champion pese a lo corto que fue.

Dolph, como un Punk, Rollins o Bryan (poniendo referencias actuales) son perfectos ejemplos de gente que pueden trabajar en el upper midcard e incluso main event ocasional y esteralizar carterelas, y dando al público lo que busca ver porque, por mucho que nos empeñemos, lo que hace rico al wrestling es el variado abanico de posibilidades que nos pueda ofrecer, y una empresa como WWE debería estar obligada a no repetirse ni en fórmulas ni en procedimientos.

Entonces, ¿qué le hace dudar a Flair de que un peso crucero pueda ser carne de main eventer? ¿Por qué intenta poner esa incógnita cobre Bálor?

  1. El Universal Title es un campeonato a consolidar. Quizás, desde el punto de vista clásico de Flair, que dos luchadores no-Heavyweight luchen por él hace que el match no tenga el aura clásica del WHC, pero, sinceramente, estamos en una nueva era de nuevas oportunidades, y el Universal es una apuesta novedosa que debe tener por ello alicientes novedosos.
  2. Bálor no deja de ser un desconocido para el gran público. A primera vista, es un tipo que no impone, con una ofensiva flojita y que no destaca por sus dotes al micro, pero un gran porcentaje de gente todavía no sabe eso. La carta de presentación de Finn fue un pin sobre el mejor y más creíble campeón ahora mismo de la compañía Rusev en una F4W y una clean win ‘’fácil’’ sobre el top guy de la E la misma noche. Eso haría molestar al Hall of Famer como me dejó con la mosca detrás de la oreja a mí mismo.
  3. Se sigue creyendo en un modelo que ya no funciona. Lo peor que se puede hacer a la hora de vender algo es no variar lo que ya no es aceptado. El crecimiento del indie wrestling con los diversos portales en internet que hay ahora para seguirlo, y la expansión de otras empresas fuertes como NJPW hacen que el fan conocedor no tenga por qué aceptar lo que ve en la E. WWE sigue siendo la empresa número uno, la que abre mercados y mueve dinero, pero ver wrestling ya no es sinónimo de ver únicamente WWE como lo podía ser hace 15 años.


El pensamiento de Flair es totalmente respetable, sin duda. Es un tipo que lleva demasiado en el negocio y sigue unas corrientes de pensamiento algo desfasadas ya, pero una de ellas no debe ser la categoría peso del wrestler que tengamos delante. Está más que mostrado que lo que realmente importa dentro del mundo del wrestling es lo que un tipo sabe transmitir independientemente de lo que mida. Tomen a Sami Zayn, un hombre menudo y ligero, el perfecto underdog; pero no lo es solo por eso, sino por todo lo que ES Sami. El arrojo, el coraje, esa motivación que brillan en sus ojos es lo que nos hace amarlo, sin importar si pesa o deja de pesar 260 libras, porque él, con un bookeo correcto, es capaz de llegar a nosotros como el tipo que sin ser tan fuerte, tan grande o tan poderoso, puede sí ser mejor que tú. Eso es lo que le falta a Bálor, no 20 kilos más.


Recuerden que esta no deja de ser mi visión propia y personal, no pretendo otra cosa que ver vuestra opinión. ¡Revienten esa caja de comentarios!


Saludos cordiales de ZerKO.

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